En este poema, Manuel Alonso presenta las características del puertorriqueño en el siglo 19. Comienza con una descripción física (“color moreno, frente despejada…rostro enjuto”) y termina con la descripción de la personalidad al destacar que es justo, humano, afable y dadivoso. Además de esas descripciones, el autor muestra el orgullo que tiene por ser puertorriqueño en la última estrofa del poema: “Y en amor a su patria insuperable: este es a no dudarlo, fiel diseño para copiar un buen puertorriqueño”. Aquí el puertorriqueño es presentado como un modelo digno a seguir, por tener características que lo hacen ser un hombre de bien. Entiendo que las personas cambian con el pasar del tiempo y que la personalidad puertorriqueña evoluciona y se desarrolla poco a poco.
El puertorriqueño actual ha cambiado mucho en las pasadas décadas. Los valores, las costumbres, el modo de expresarse y la interacción que tiene con sus allegados, son algunas características que lo distingue del puertorriqueño del siglo 19. No se puede negar que rasgos presentados en el poema siguen vigente en el puertorriqueño actual, como el que sea “afable” o con el “pensar inquieto”, pero definitivamente no podemos decir que el puertorriqueño se ha mantenido igual durante todos estos años.
El puertorriqueño actual ha cambiado mucho en las pasadas décadas. Los valores, las costumbres, el modo de expresarse y la interacción que tiene con sus allegados, son algunas características que lo distingue del puertorriqueño del siglo 19. No se puede negar que rasgos presentados en el poema siguen vigente en el puertorriqueño actual, como el que sea “afable” o con el “pensar inquieto”, pero definitivamente no podemos decir que el puertorriqueño se ha mantenido igual durante todos estos años.
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