Me parece interesante la manera en que Manuel Ramos Otero comienza las primeras líneas de su poema Insomnio: “Esta mañana llegaron los resultados de mi muerte y todavía no abro el sobre (el ataúd, debiera decir)”. Con estas líneas se puede deducir que el autor tenía una enfermedad fatal que terminaría con su vida en cualquier momento. A lo largo del poema, pude percibir el dolor que sufre el autor al narrar cómo se siente y por el tono que se presenta en el poema, llegué a la conclusión que era una persona marginada o discriminada por la sociedad. Todos los seres humanos morimos de maneras diferentes, pero en su caso, el estilo de vida que llevaba no era agradable a la sociedad y su causa de muerte (VIH o SIDA) tampoco era aceptada. Me puse en el lugar del autor y entendí su dolor porque a veces, al ser parte de una sociedad, experimentamos presiones por parte de ella (como los estereotipos o el discrimen) que nos hacen decaer emocionalmente. En el caso del autor no era lo mismo morir de un cáncer a que morir por HIV.
Además de que se sentía marginado por la sociedad, creo que otro de los mensajes que Ramos Otero nos quiso llevar con su poema es el temor que sentía por la muerte. Es evidente que ya él estaba resignado y consciente de que todos los seres humanos moriremos en algún momento dado y que su caso no sería la excepción, pero al final del poema él expone lo que considero ser la clave más importante. El único temor que tenía era que la muerte fuera “un insomnio eterno en un país fatal”. Quizás ya él estaba cansado de sufrir y esperaba que al momento de morirse, lo que le esperara fuera un lugar donde pudiera descansar tranquilo y en paz. Muchas personas, y me incluyo, nos podemos identificar con él porque anhelamos tener paz luego de morir, pero quizás hemos temido al preguntarnos qué será de nosotros después de la muerte ya que nunca la hemos experimentado.
Además de que se sentía marginado por la sociedad, creo que otro de los mensajes que Ramos Otero nos quiso llevar con su poema es el temor que sentía por la muerte. Es evidente que ya él estaba resignado y consciente de que todos los seres humanos moriremos en algún momento dado y que su caso no sería la excepción, pero al final del poema él expone lo que considero ser la clave más importante. El único temor que tenía era que la muerte fuera “un insomnio eterno en un país fatal”. Quizás ya él estaba cansado de sufrir y esperaba que al momento de morirse, lo que le esperara fuera un lugar donde pudiera descansar tranquilo y en paz. Muchas personas, y me incluyo, nos podemos identificar con él porque anhelamos tener paz luego de morir, pero quizás hemos temido al preguntarnos qué será de nosotros después de la muerte ya que nunca la hemos experimentado.
¿Donde puedo conseguir el poema como tal de Manuel Ramos Otero?
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